Al inicio de un proyecto empresarial, hay una decisión que muchas veces se toma con demasiada prisa y que sin embargo tiene una importancia muy grande para el futuro del proyecto. Se trata de la elección del nombre de la empresa. Me refiero al nombre comercial, aquel que será el primer elemento de comunicación con sus clientes y socios empresariales.
1º- Llevar a cabo una profunda reflexión sobre la estrategia
Antes de elegir el nombre, es necesario plantear muy claramente la estrategia y la visión de la empresa. Evidentemente, no es lo mismo crear un negocio especializado y local o un proyecto con vocación a ser internacional y con una clientela muy amplia.
Es necesario tener muy claro el segmento de mercado al cual nos vamos a dirigir y plantearse que imagen queremos transmitir. También es importante que nos enteremos de los nombres de nuestros competidores, ya que intentaremos diferenciarnos.
2º- El nombre como herramienta para inspirar al cliente
Elegir correctamente las palabras permite generar algunos sentimientos en el cliente. Por ejemplo, usar sonidos que recuerden a un idioma permite transmitir las cualidades que el consumidor suele asociar con los países. Son prejuicios pero están en la mente de nuestros clientes y no debemos menospreciarlos. Un nombre alemán dará una imagen de fiabilidad, un nombre inglés podrá sonar más moderno o tecnológico, el francés será asociado con la moda o la cocina, el italiano con el diseño, etc.
Algunas palabras son sinónimas y sin embargo tienen valoraciones distintas. Por ejemplo, la palabra mamá es positiva mientras el término madre es más neutro. Una marca que se llamara “la cocina de mamá” tendría sin duda un mejor impacto que otra llamada “la cocina de mi madre”.
3º- Los riesgos de la internacionalización
Un aspecto que a veces no tenemos en cuenta es el significado que puede tener nuestro nombre en otras culturas y otros idiomas. Un ejemplo famoso es del Mitsubishi Montero que en el resto del mundo se llama Pajero, y si seguimos con coches japoneses existen el Nissan Moco o el Mazda Laputa.
4º- El nombre ideal
Es muy difícil encontrar un buen nombre, pero si nos arriesgamos a definir como sería un nombre ideal, tendría las siguientes características:
- corto
- fácil de recordar
- se puede deletrear de forma intuitiva
- hace referencia a nuestra actividad
- se entiende en muchos idiomas
- tiene una imagen positiva
Aunque el nombre sea algo muy importante, no lo es todo, y siempre habrá que construir la imagen de marca. Un buen nombre lo facilitará, pero no garantiza nada. Primero está el trabajo y la estrategia de la empresa.
5º- Pistas para buscar un nombre
- El nombre del creador de la empresa. Esto era lo más habitual en el pasado pero en nuestros días tiende a ser menos frecuente. Renault, Ford, Ferrari, Michelin son ejemplos de estas grandes empresas industriales que siguen llevando el nombre de su fundador.
- El origen geográfico. Muchas de las empresas con nombres asociados a su lugar de creación han llegado muchísimo más lejos. Banco Santander, American Express, British Airways hacen parte de estas empresas con un nombre basado en la geografía.
- Una referencia directa a lo que estamos vendiendo. Pizza Hut, Kentucky Fried Chicken, Toys r Us, Facebook son algunas de las empresas que dejan muy claro lo que venden.
- Nombres modernos. Se trata de palabras cuyo significado no es muy conocido (Google es el número que corresponde a un uno con un millón de ceros detrás), o es una creación que suena moderna y se asocia al producto. Yoigo, Bankia, MoviStar, son algunos de esos nombres.
6º- Probar el nombre
Lo aconsejable es hacer una lista de posibles nombres y probarlos. Dependiendo de nuestro presupuesto podemos recoger las opiniones de nuestros conocidos y amigos o montar una verdadera encuesta con una empresa especializada.
Para ello necesitaremos elaborar una lista de preguntas abiertas o cerradas como:
- ¿Qué le evoca este nombre?
- ¿Transmite una imagen positiva o negativa?
- ¿Con que tipo de empresa asociaría este nombre?
Con una decena de preguntas que definan los aspectos más importantes sería suficiente.
7º- Disponibilidad y registro
Una vez que tiene el nombre elegido, tiene que comprobar que está disponible y registrarlo. En España debería dirigirse a la Oficina Española de Patentes y Marcas.
8º- El dominio en Internet
Otro aspecto a tomar en cuenta es registrar el correspondiente dominio en Internet. Puede ser el mismo nombre que la empresa (sería lo ideal), pero en algunos casos puede merecer la pena que el dominio sea un poco diferente, especialmente si el nombre de la empresa es largo.
Lo ideal para un dominio es que contenga las palabras claves más habituales del sector de la empresa (para aparecer bien situado en los buscadores). Pero si no es así, existen muchas formas para mejorar el posicionamiento gracias a los expertos en SEO.
Si su empresa se hace muy conocida offline, sus clientes la buscarán online con el nombre que conocen. Por eso es importante que nombre y dominio coincidan, pero a veces no es posible porque el dominio ya está registrado. En este caso tendrá que valorar si cambia el nombre, adapta su nombre de dominio o intenta comprar el dominio al propietario actual.
Visto en: Mi Futura Empresa